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Datos personales
- Manuel Aranda
- perfil + o -, algo jovato, pero pintoresco, docente universitario, me permito dibujar, pintar y escribir. Canto tangos secretamente. Tengo amigos de putísima madre. Publiqué, en los últimos 35 años, en casi todas las revistas de humor de argentina.(en Satiricón no. Nunca me dieron bola). Publiqué en alguna que otra extranjera y laburé en publicidad durante ese tiempo. Y me cansé, che.
Yo creo que Robert Ripley ya se hubiera comido el noventa y nueve por siento de estas Mentiras Monumentales, que, aunque usted no lo crea Aranda, le digo la verdad, habrá que ir recopilando y diagramando álbum.
ResponderEliminarRipley sería el primero en no creer que alguien se interese en editar un volúmen sobre "Mentiras..." pero como a mi y a vos nos parece una idea piola, varias de ellas ya están diagramadas en un libro que pienso editar y que tiene un montón de cosas raras.
ResponderEliminarCentralito único puntero. ¡Verdad monumental!
Admiro (de verduski) a la gente que tiene la voluntad y paciencia de diagramar un libro y editarlo. Una pachorra, yo.
ResponderEliminar(Oia, puse mayúsculas!)
Yo creo que el instinto de supervivencia instiga a los individuos a seguir a quien no se cansa de ofrecer gestos de afecto, Manu, y esa, precisamente, es una de las actitudes que muchos aprendimos con vos.
ResponderEliminarDicen que un gato ya mayor observaba intrigado a un gatito que giraba vertiginosamente en círculos tratando de atrapar su propia cola, y entonces le preguntó, -¿Porqué la persiguís?-, el gatito chiquitín se detuvo y le contestó, -Es que me dijeron que en la cola está la felicidad, así que la quiero alcanzar-, -No te vuelvas loco- le aconsejó el gato viejo -Andá caminando tranquilamente y ella te va a seguir-.
sí... hay en ésta tu casa, olor a café recién hecho, minuciosamente, cuidadamente, como se preparan las cosas para ofrecerlas como un mimo adornado con un gran moño rojo. por eso vengo, a cargarme las pilas, a henchirme el pechito con ese afecto que nombra el tomi y que necesito almacenar a diario para enfrentar los misiles que nos mandan los otros.
ResponderEliminarte dejo a cambio una figu que ojalá no tengas en tu álbum.
A propósito de gatos y de proyectos por la mitad, estoy emperrado en que alguno de tantos se concrete porque tengo muchas ganas de ir. Siento que me debo otra entrada al Mediterraneo y a ese modo de café que describe Viruta que es el afecto. Que no se encuentra en cualquir lado.
ResponderEliminarViruta, te permitiste usar una mayúscula. Es el principio de comenzar a diagramar un libro de tu obra. Pal' título, aunque sea.Digo.
ResponderEliminarEs que las virutas son invariablemente minúsculas, Manu, aunque lo que escriban sea mayúsculo.
ResponderEliminarel título podría ser algo así como...
ResponderEliminar¿qué puedo a hacer si me rebelan las mayúsculas?
Querido Manu
ResponderEliminarYa estamos esperando ese álbum y tu segunda navegación por aguas del Mediterráneo
Eso si
Borrá Barcelona de tu itinerário, esa ciudad llena de gripe, corrientes de aire, y chinas que te hacen masajes en las playa, no merece tu visita.
A menos, claro, que exponga El tomi o juegue Messi
Pero a eso ya nos escaparemos desde las islas cuando sea el momento
Si sobrevivimos a las pavorosas tormentas que nos están asolando , claro.
Ayer cayeron 37000 rayos en las Baleares
vo podé creé loco ?
A mi lo que no me cabe en la cabeza es como los cuentan Tatita... es mas... no entiendo a quien se le ocurre contar rayos caidos (además con lo peligroso que son estos bichos). No si, como decía el Nano, ha de haber gente pa' todo.
ResponderEliminarLo que se cuenta de los rayos son historias terriblemente mentirosas como la del paisano que en medio de la noche y bruta tormenta le cayó el rayo a centímetros y el caballo no va que dice: ¡De pedo no nos hizo recagar! ¡Que mierda,cuando el caballo habló, el tipo desmontó y salió arando por esa pampa a una velocidad sorprendente y con el perrito atrás. Atravesando brutos lodazales, patéticamente llegaron bajo un ombú. El hombre hecho mierda, se deja caer y ahí nomás llega el cuzquito diciendo: ¡que cagazo nos hizo agarrar ese caballo hijo de mil! Afortunadamente, dicen que en ese momento cayó un rayo sobre el ombú y los hizo recontrapelota a los dos, porque si no, no se como se ponía la cosa. Por eso a mi dejáme con el Rayo Rojo, de historietas, que leía cuando era chico, y El rayo que no cesa, de Miguel Hernández que releo de grande. Tatúm por favor, cuidate del rayo 37001.
ResponderEliminarque puedo decir....RAYOS!.....
ResponderEliminarPeor aún Manuel, si caen treinta y siete mil rayos quiere decir que aquí no se conoce el pararrayos o que los sacaron porque no podían contar los rayos que atajaban los pararrayos y les daban mal las cuentas. Al final España sigue siendo el culo de Europa. Como dice el hermano de la Titi cuando viene de viaje -Estoy de paso por España, voy para Europa-.
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