lunes, 23 de agosto de 2010
Otros retratos raros (3)
Hoy relacionados con el café,
1- Dama de inquietante aspecto mulato que trabajó en un bar al que mua solía ir a ver fútbol. Afortunadamente estuvo poco tiempo.
2- El Pelado, o Chueco Marín. Mozo de de un boliche que frecuento y al que inquieta toda presencia femenína.
3- Ilustración sobre bares realizada para una nota del gran periodista, amigo y docente rosarino, Daniel Briguet.
Clikc sobre las imágenes para ampliar.
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Los tres trabajos estan increibles, pero el primer puesto se lo doy a la ilustración última, es genial, lógica genialidad viniendo de su mano.
ResponderEliminarLa Fazenda es una de mis paradas cafeteriles en Rosario, fundamentalmente porque tiene una excelente esquina techada apta para fumadores.
Cuando vaya para esas latitudes le invito la vuelta en ese QTH.
Abrazo amigo Manuel.
A instancias tuyas, hallé videíto 'petacular'...
ResponderEliminarMeGrcí, campión.
http://www.youtube.com/watch?v=HIaZStiZ2oQ&feature=related
Gracias amigo Pito. Le tomo la palabra y claro, el café.
ResponderEliminarPor lo que veo fuiste a dar, querida viruta, con un fragmento de la película, super rosarina "El asadito", del dire Postiglione y con un monólogo a cargo de Daniel Briguet.
ResponderEliminarSe cuenta que este film fue consumado durante una sóla noche, en la terraza de un amigo mío en la que se hacía el asado.
Experiencia sumamente interesante, que te recomiendo que veas completa, sin esperar encontrarte con Nartin Scorsese. Cariños.
Este sí que era un bar con "Sabor!!!"
ResponderEliminarQue café mas inquietante
Seguro que ibas a ese bar a ver los partidos de Racing
Por que si jugábamos mal o perdíamos,a vos te daba igual en ese bar, el fútbol, te importaba un carajo. Solo estabas pendiente del mínimo movimiento que hiciera esa inquietante Parda , detrás de la barra
Extraordinario el sudoroso y perverso Chueco Marín
Habría que hacerle una entrevista
Seguro que este hombre ha visto muchas cosas
De la ilustración ,no hablemos.Para enmarcar
Parole maggiore
Besos
Gracias Tatúmgui. Y gracias por reaparecer
ResponderEliminarMe acuerdo del café con leche que preparaba el zomo del bar de enfrente de tribunales, ese que baldeba la vereda en patas, con los pantalones arremangados y en camiseta cuando recién despuntaba el sol y los grados bajo cero estaban escritos con escarcha en la vidriera...Ese mismo café con leche que el sapo Leiva convertía en una gloriosa ceremonia de desayuno con pretensiones de almuerzo, merienda y cena. Ese café con leche que tenía un palmo de espuma nacarada emergiendo sobre el borde del tazón y sobre la cual el sapo Leiva practicaba aquel extraño ritual de rociar el contenido de varios sobrecitos de azúcar para comérsela parsimoniosamente a cucharaditas ¿te acordás?. Yo todavía paso de vez en cuando por ahí y lo veo al sapo Leiva volcando adentro de la taza el charquito de café con leche que se le había derramado en el plato. Si le habremos pegado apuradas al sapo Leiva para que se termine ese menjunje pronto. ¿Y en el lunfardo argentino un café es un reto, no Manu?.
ResponderEliminarAntes que nada, me alegra un toco que ándes por acá, querido Tomi. Supongo que estás hasta las manos de actividades. ¡Bien por eso!
ResponderEliminarEs indudable que la relación de David con el café con leche da para varios tomos del que sería, seguramente, un formidable éxito de librería.
Yo recuerdo siempre y me cago de risa solo una que se mandó en un bar al que íbamos por calle Corrientes, cerca de Risario.
Pide el quia un café con leche, con mil recomendaciones sobre cantidades de uno y otra, niveles de temperatura y tutti li fioqui. Pasa después a las facturas. que si con cremita redonda o las tortitas negras pero no muy negras y los vigilantes más tirando a sacramentos con mermelada en el medio etc.
Conclusión. El mozo se va para hacer el pedido y el sapo arrepentido de algún detalle sale tras él. El mozo, espantosamente confundido por tantos detalles da vueltas bruscamente, ya con los pelos en llamas, para buscar una informacón más puntual y ambos chocan aparatosamente. ¡glorioso!
Pese a que varias oportunidades sentí ganas de amasijarlo, lo extraño tanto a David que como diría Miguel Hernandez a veces "siento más su muerte que mi vida"
Pero parece que las cosas son como den ser, ¿O no, Tomillo?
Manu!!!
ResponderEliminarExcelente el dibujo primero..( la parda que sirve café) Es muyyyyyy figurativo!!! jajajaaj genial como siempre.