miércoles, 22 de abril de 2009

Los dos acordeonistas

El acordeonista flaco y muy alto de naríz ganchuda que está siempre en la peatonal Córdoba no toca nada. Es decir, los sonidos que saca de su instrumento se incordinan en el espacio de modo tal que no resultan ni acordes, ni ritmos, ni melodías conocidas. Tampoco armonías, ni notas modicamente emparentadas.
El acordeonista flaco y de naríz ganchuda sólo genera ruidos aislados, desafinados y torpes.
El tipo suele putearme con odio, sin dejar de enchastrar el aire con contaminación sonora, cuando paso a su lado elogiando en alta voz el tema que está ejecutando. Y me putea porque sabe que no toca nada y porque también sabe que yo admiro al acordeonista ciego y coloradito que ahí, a pocos metros , desliza por el atardecer de la peatonal bellos Chamamés con resonancias de agua clara, de vegetación, de luna doble, reflejada en el Paraná. Y yo me detengo a escucharlo y el flaco me ve, mientras el cieguito orienta sus ojos, que sólo ven sonidos hacia donde la calle baja hacia el río y me hace sentir más que música. Siento hasta que pesco un reluciente dorado saltarín, en tanto el flaco, con su gran naríz de gancho, no logra pescar ni una nota.

8 comentarios:

  1. ¡Que San Octavio Osuna nos proteja!

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  2. Mi amigo Transito Urbano Lopez (SI!!! Es verdad) contaba de un correntino que se extasiava mirando una maquina de escribir y decia "Corde-ona si yo te agarro!!"

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  3. Menos mal que el tal Tránsito Urbano no se apellidaba Del Campo, Oscarcito, imaginate, Tránsito Urbano Del Campo.

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  4. Hombre contradictorio ahora que dice,se tal Tránsito Hurbano del Campo
    Cuando iba a la ciudad se ponía las alpargatas más incómodas

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  5. Creo que es en vano preguntar como se escribe Hurbano..!

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