Antes que nada me adhiero a la inclusión del felino claramente visible en primer plano como parte del grupo "de la gente". El del maletín (solo por el maletín) me recordó a nuestro descomunal negro Rosales y, por ende, al fellinezco relato de los hechos acaecidos en los trenes que regresaban de noche desde Buenos Aires y sofrenaban su marcha ante la proximidad del apeadero, momento en el cual un grupo no especificado de empresarios, mayoritariamente rosarinos, tratando de ahorrar lo que a posteriori serían valiosos segundos de espera en la parada del colectivo, intentaba desembarcar a campo través, soltándose desde las escalerillas del convoy en movimiento ya tarde y sin luz, lo que significaba una descabellada maniobra que desencadenaba en una retahíla de escenas de una escalofriante crueldad y el consiguiente desparramo de ejecutivos, maletines y contenidos de los mismos. El patético detalle del intercambio de mocasines por contratos firmados era, sin embargo, de una hilaridad supina. No, no puedo seguir... jaja!...ya me dio una ataque de risa...jajaja! disculpame Manuel... Jajajajoja!... después sigo analizando personajes... Jajajajojojejejaja!.
Como a Uds. se les dió por el lado del ferrocarril, les voy aseguir el tren. Y aunque en tren de joda acepto que si, estos están con una caripela de culo como si hubieran viajado en el Roca o en el San Martín, de noche y ascendido al convoy en Carapachay, donde lo menos que te puede suceder es que sólo te violen los de tu vagón.¿ No, Viru..? Ahora te digo, Tomi, que cada vez que el Negro Rosales me vuelve a contar que el maquinista se avivó que en ese curvón cada día se le piraba más gente, lo empezó a tomar a una velocidad francamente llamativa, de modo que cuando el Negro se largó, salió practicamente disparado en medio de la maleza y todo tipo de accidentes del terreno, que por supuesto no veía en esa trágica noche sin luna. Por eso cuando se me caén las lágrimas de la risa (como ahora) es cuando el Negro remata diciendo que si no lo para un alambrado de púas que apareció interrumpiendo su descontrolado andar, todavía estaría corriendo. ¡Que lo reparió!
Hablando de trenes Manuel Te acordás del viajecito en tren que nos pegamos de Salamanca a Barcelona aquel día de tórrido agosto ? Que calor que hacía El viejerío se desmayaba, no había agua Llegamos tarde a la final del mundial En fin. Un verdadero chiste del destino tu baustismo de fuego ferroviario en la moderna Europa Tus personajes también podrían ser viajeros de aquel puto tren de la RENFE
Francamente, hermanito, nos pasaron tantas cosas extrañamente jodidas, que aquel viaje no pareció tan terrorífico como, realmente lo fué. Aquella renfe que menciona Serrat en "Qué bonito es Badalona" me la había imaginado impecabilisimaprimermundicaifaliblota, y no como nuestros trenecitos, que a mi me gustaban casi tanto como los gatos, y una sarta de reventados terminaron por hacer desaparecer bajo un túnel que por ahora, no tiene salida.
perfil + o -, algo jovato, pero pintoresco, docente universitario, me permito dibujar, pintar y escribir. Canto tangos secretamente. Tengo amigos de putísima madre. Publiqué, en los últimos 35 años, en casi todas las revistas de humor de argentina.(en Satiricón no. Nunca me dieron bola).
Publiqué en alguna que otra extranjera y laburé en publicidad durante ese tiempo. Y me cansé, che.
Antes que nada me adhiero a la inclusión del felino claramente visible en primer plano como parte del grupo "de la gente". El del maletín (solo por el maletín) me recordó a nuestro descomunal negro Rosales y, por ende, al fellinezco relato de los hechos acaecidos en los trenes que regresaban de noche desde Buenos Aires y sofrenaban su marcha ante la proximidad del apeadero, momento en el cual un grupo no especificado de empresarios, mayoritariamente rosarinos, tratando de ahorrar lo que a posteriori serían valiosos segundos de espera en la parada del colectivo, intentaba desembarcar a campo través, soltándose desde las escalerillas del convoy en movimiento ya tarde y sin luz, lo que significaba una descabellada maniobra que desencadenaba en una retahíla de escenas de una escalofriante crueldad y el consiguiente desparramo de ejecutivos, maletines y contenidos de los mismos. El patético detalle del intercambio de mocasines por contratos firmados era, sin embargo, de una hilaridad supina. No, no puedo seguir... jaja!...ya me dio una ataque de risa...jajaja! disculpame Manuel... Jajajajoja!... después sigo analizando personajes... Jajajajojojejejaja!.
ResponderEliminarQué tristonios, estos. Seguro vienen de viajar en el Roca...
ResponderEliminarComo a Uds. se les dió por el lado del ferrocarril, les voy aseguir el tren. Y aunque en tren de joda acepto que si, estos están con una caripela de culo como si hubieran viajado en el Roca o en el San Martín, de noche y ascendido al convoy en Carapachay, donde lo menos que te puede suceder es que sólo te violen los de tu vagón.¿ No, Viru..?
ResponderEliminarAhora te digo, Tomi, que cada vez que el Negro Rosales me vuelve a contar que el maquinista se avivó que en ese curvón cada día se le piraba más gente, lo empezó a tomar a una velocidad francamente llamativa, de modo que cuando el Negro se largó, salió practicamente disparado en medio de la maleza y todo tipo de accidentes del terreno, que por supuesto no veía en esa trágica noche sin luna. Por eso cuando se me caén las lágrimas de la risa (como ahora) es cuando el Negro remata diciendo que si no lo para un alambrado de púas que apareció interrumpiendo su descontrolado andar, todavía estaría corriendo. ¡Que lo reparió!
Hablando de trenes Manuel
ResponderEliminarTe acordás del viajecito en tren que nos pegamos de Salamanca a Barcelona aquel día de tórrido agosto ?
Que calor que hacía
El viejerío se desmayaba, no había agua
Llegamos tarde a la final del mundial
En fin. Un verdadero chiste del destino tu baustismo de fuego ferroviario en la moderna Europa
Tus personajes también podrían ser viajeros de aquel puto tren de la RENFE
Francamente, hermanito, nos pasaron tantas cosas extrañamente jodidas, que aquel viaje no pareció tan terrorífico como, realmente lo fué.
ResponderEliminarAquella renfe que menciona Serrat en "Qué bonito es Badalona" me la había imaginado impecabilisimaprimermundicaifaliblota, y no como nuestros trenecitos, que a mi me gustaban casi tanto como los gatos, y una sarta de reventados terminaron por hacer desaparecer bajo un túnel que por ahora, no tiene salida.